Las prácticas respiratorias son un método ancestral de reconectar a las personas con su cuerpo y la naturaleza. Estas técnicas pueden potenciar enormemente la sensación de calma, permitiéndonos conectar más profundamente con el mundo que nos rodea. Realizar estos sencillos ejercicios ayuda a calmar la mente y proporciona una sensación de ligereza.
La respiración nasal lenta es una de las prácticas respiratorias más sencillas, ya que sólo requiere concentrarse en inhalar y exhalar rítmicamente por la nariz. Ayuda a reducir la tensión y a aumentar la cantidad de aire inhalado. Se recomienda realizarla en un entorno tranquilo, disfrutando de cada inhalación y exhalación.
La respiración 4-7-8 es una técnica que incluye la inhalación durante cuatro cuentas, la contención de la respiración durante siete cuentas y la exhalación durante ocho cuentas. Este método permite saturar profundamente el cuerpo de oxígeno y ayuda a relajar la mente.
La respiración nasal, también conocida como respiración nasal alternativa, se centra en alternar inhalaciones y exhalaciones entre la fosa nasal derecha y la izquierda. Esta práctica es calmante y equilibradora, y crea una sensación de frescor y pureza.
La respiración diafragmática es una práctica importante que consiste en utilizar el diafragma para inspirar y espirar más profundamente. Esta respiración refuerza la conexión entre mente y cuerpo, favorece la relajación y libera tensiones internas.
La respiración ondulatoria, que imita el movimiento de las olas, ayuda a crear una imagen de olas oceánicas lentas y rítmicas. Esto le sumerge en un estado de relajación profunda y le permite sentirse unido a la naturaleza.